Editorial del 11 de diciembre.
martes, 14 de diciembre de 2010
jueves, 9 de diciembre de 2010
ESQUINA NESTOR
El ex presidente Néstor Kirchner ya tiene su esquina en el barrio porteño de La Boca. El acto de inauguración se llevó a cabo en la tarde del sábado 4 de diciembre.
Organizaciones sociales, políticas y culturales brindaron en la tarde del sábado un nuevo homenaje al ex presidente Néstor Kirchner rebautizando la intersección de la avenida Pedro de Mendoza y Martín Rodríguez del barrio de La Boca con el nombre del ex mandatario.
Abrió el acto el dirigente Mario Paulela, del Movimiento Peronista Bloguero, quien realizó un emotiva y vibrante evocación de Néstor. Cedió la palabra a Alejandro Sandoval, nieto recuperado 84; éste recordó a Kirchner como “el hombre que volvió a dar vida a la política, haciendo que la gente participe. Antes uno decía política y se pensaba en corrupción, hoy se piensa en compromiso”. “Muchos en la vida han podido despedir a su padre. Cuando estuve frente a su féretro pensé que Néstor me reglaba eso, la oportunidad de despedirme de mi padre”, sostuvo Sandoval muy emocionado.
Por su parte, el presidente de la Agencia Nacional de Noticias Télam y coordinador de la agrupación Oesterheld, Martín García, describió esta etapa como un “momento de gran amor”.
“El pueblo argentino responde a tantos años de violencia y de horror con esta expresión de amor, con una revolución en paz, que los compañeros bloggeros han dado en llamar la ‘Revolución del Bicentenario’ y que de alguna forma nos contiene, nos conduce y nos supera”.
“Néstor, en la lucha por la candidatura por el 2011 y también en su compañía a su mujer, a su compañera militante, dio su vida, dando todo lo que tenía, hasta el final”, afirmó García.
Asimismo, el legislador porteño Tito Nenna se mostró orgulloso de participar del acto de homenaje en el barrio donde vive. “Yo creo que del primer momento de dolor que fue ese 27 de octubre, ya a la noche transformamos el dolor en movilización, en organización”, subrayó.
A su turno, el diputado nacional Juan Carlos Dante Gullo se refirió a la figura del ex presidente como “una figura que aun no se llega a dimensionar en su totalidad y que tampoco el pueblo se resigna a perder”.
“Lo más grandioso de Néstor es que nos ha dejado un abanico de enseñanzas que nos van a dar decadas de tranquilidad”, concluyó el legislador.
Las organizaciones que convocaron al acto fueron ADN Nacional y Popular, Agrupación Peronista Descamisados, Peronismo 26 de Julio, Movimiento Peronista Bloguero y el Colectivo de Fotógrafos La Rebelada.
lunes, 6 de diciembre de 2010
NO TE OLVIDES...
Que un 8 de diciembre de 2005, al cierre de la 25ª Marcha de la Resistencia: las Madres depositan en “su” Plaza de Mayo las cenizas de una de las fundadoras de la organización, Azucena Villaflor, desaparecida en 1977, torturada en la ESMA y arrojada al mar en uno de los vuelos de la muerte de la Armada. El cuerpo de Azucena se identificó en julio de 2005 y su hija decidió depositar sus restos en el lugar "donde ella nació a la vida pública". Azucena era madre de Norberto (juntos en la foto), militante peronista, quien fue secuestrado junto a su mujer Raquel Mangin un 30 de noviembre de 1976 de su casa de la calle Agüero en Villa Dominico.
Azucena, madre de Plaza de Mayo, había nacido un 7 de abril de 1924, fue secuestrada y desaparecida un 10 de diciembre de 1977. No te olvides...
NO ME OLVIDES...
"Y claro que para la oligarquía el peronismo era un desastre, la hora de los negros. Pero para los queridos cabecitas el peronismo fue, es y será, si continúa fiel a sus esencias y desarrolla su entraña revolucionaria, el movimiento de redención social más formidable que ha conocido nuestra Patria."
Padre Carlos Mujica, cura del Pueblo. No lo olvides...
MANUEL UGARTE. UN ARGENTINO ESENCIAL
"Yo quiero llamar la atención de un país sobre este hombre, al que no puede dejarse perecer en la pobreza o en el olvido, aunque fuese, si no tuviera otros méritos, sólo por esto: por haber sido el apóstol de los ideales americanistas, por haber gastado su fortuna recorriendo nuestras repúblicas a fin de despertarlas y hacerles ver el peligro que las acecha. Y es por ello que, aunque la Argentina lo tenga olvidado, el nombre de Manuel Ugarte no morirá nunca en la conciencia de América".
Esto escribe de él poeta peruano Alberto Hidalgo, quien lo había conocido en 1940 y lo trata en sus últimos días en Niza, donde terminó su vida, acaso de manera voluntaria un 2 de diciembre de 1951.
Manuel Ugarte: antiimperialista pertinaz, pregonero incansable de la unidad de él hablaremos hoy, justo cuando los estados unidos de norteamérica están mostrando su calzoncillo más sucio manchado de bajezas, arbitrariedades, torpezas y descuidos a granel. Daño, como ya sabía Ugarte que estos muchachos eran capaces de producir
Un pantallazo de sus primeros años nos dice que Manuel Ugarte nació en la ciudad de Buenos Aires el 27 de febrero de 1875 en un hogar de buena posición económica. Sus estudios los realizó en el Colegio Nacional de Buenos Aires. A los 15 años comenzó a escribir sus primeros trabajos y se convirtió en un ávido lector, su familia le costeaba la edición de sus primeros trabajos de poesía, esta incursión le permitió tomar contacto con los más destacados literatos de la generación del 80.
Como muchos de los argentinos de buen pasar. Partió en 1897 hacia París para continuar sus estudios, mejoró su francés y también aprendió italiano e inglés. Asistió a cursos de sociología y filosofía y vivió de cerca el caso Dreyfuss, sobre el cual escribió comenzando su acercamiento a los temas políticos. Ese mismo año 1898, Estados Unidos interviene en Cuba, provocando el repudio de muchos latinoamericanos, entre ellos el de Manuel Ugarte. Por esos años, empezó a mostrar interés por los temas sociales y su acercamiento al socialismo, que tenía a Jean Jaurés como una de la figuras de mayor prestigio.
Y claro, también fue a Norteamérica. Desde París, Manuel Ugarte se trasladó a Nueva York, en esa ciudad percibió con total claridad el impulso expansionista que predominaba en la clase política norteamericana, que tenía a América Latina como principal objetivo de conquista. Manuel Ugarte estudió la historia norteamericana y descubrió cómo fue ganando territorio a costa de otros países. Pero lo que era más grave, detectó que ese apetito por más territorio, no estaba saciado. En el tiempo que estuvo se dedicó a recorrer una buena cantidad de ciudades norteamericanas, donde pudo verificar el tratamiento que recibían las clases empobrecidas, junto a la hipocresía doctrinaria que predicaba una igualdad solo teórica.
Como muchos de los argentinos de buen pasar. Partió en 1897 hacia París para continuar sus estudios, mejoró su francés y también aprendió italiano e inglés. Asistió a cursos de sociología y filosofía y vivió de cerca el caso Dreyfuss, sobre el cual escribió comenzando su acercamiento a los temas políticos. Ese mismo año 1898, Estados Unidos interviene en Cuba, provocando el repudio de muchos latinoamericanos, entre ellos el de Manuel Ugarte. Por esos años, empezó a mostrar interés por los temas sociales y su acercamiento al socialismo, que tenía a Jean Jaurés como una de la figuras de mayor prestigio.
Y claro, también fue a Norteamérica. Desde París, Manuel Ugarte se trasladó a Nueva York, en esa ciudad percibió con total claridad el impulso expansionista que predominaba en la clase política norteamericana, que tenía a América Latina como principal objetivo de conquista. Manuel Ugarte estudió la historia norteamericana y descubrió cómo fue ganando territorio a costa de otros países. Pero lo que era más grave, detectó que ese apetito por más territorio, no estaba saciado. En el tiempo que estuvo se dedicó a recorrer una buena cantidad de ciudades norteamericanas, donde pudo verificar el tratamiento que recibían las clases empobrecidas, junto a la hipocresía doctrinaria que predicaba una igualdad solo teórica.
Profundo sentido antiyanqui. Manuel Ugarte recorrió la frontera de México con los Estados Unidos para corroborar el accionar expansionista de los norteamericanos. Y no perdió oportunidad de pisar su amada tierra americana: también recorrió ciudades mexicanas y de regreso a Europa hizo una escala en La Habana. Paradójicamente fue a comienzos del siglo XX y en los Estados Unidos donde Manuel Ugarte comprendió y consolidó las dos columnas de su ideología: por un lado un fuerte antiimperialismo y por el otro la necesidad de consolidar la unidad latinoamericana.
El compromiso político. Al retornar a París, abrazó fervientemente la causa del socialismo, al que llegó por su admiración por Juan Jaurés, esta ideología lo acercará al sufrimiento de la clase obrera, pero en ningún momento entrará en contradicción con su profundo nacionalismo latinoamericano. Vale recordar que Manuel Ugarte denuncia al imperialismo yanqui desde 1901 –por sus intervenciones en América Central y el Caribe– hasta el año de su muerte, por la guerra de Corea.
¡Mirá que nenas y nenes! Entre los amigos de Ugarte se cuentan Alfonsina Storni, Alfredo Palacios, José Ingenieros, Leopoldo Lugones, Manuel Gálvez y Ernesto Palacio. También trata con la chilena Gabriela Mistral, el uruguayo José Enrique Rodó, el peruano José Santos Chocano, el nicaragüense Rubén Darío, los mexicanos Amado Nervo y José Vasconcelos, los españoles Miguel de Unamuno, Juan Ramón Jiménez y Pío Baroja, los franceses Henri Barbuse y Jean Jaurés; es decir, trató con los más destacados intelectuales de principios del siglo XX. Rubén Darío, Unamuno y Baroja le prologan sus primeros libros. Barbuse, director de la revista Monde, lo incluye en el comité editorial junto con Albert Einstein, Máximo Gorki y Upton Sinclair.
Es autor de treinta libros, la mayoría publicados fuera del país. Entre la obra poética de Manuel Ugarte se destacan Palabras (1893), Poemas grotescos (1893), Versos (1894) y Vendimias juveniles (1907).
También es autor de narraciones cortas: Cuentos de la Pampa (1903) y Cuentos argentinos (1908).
Dentro de sus relatos de viaje figuran Paisajes parisienses (1901), Crónicas de boulevard (1902) y Visiones de España (1904).
Sus ensayos literarios incluyen El arte y la democracia (1905) y La joven literatura hispanoamericana (1906).
Los textos sociopolíticos abarcan El Porvenir de América Española (1910), La Patria Grande (1922), El destino de un continente (1923) y La Reconstrucción de Hispanoamérica (1951).
Lo que escribió a principios del siglo XX, y tan actual: "Actualmente los grandes diarios nos dan, día a día, detalles a menudo insignificantes de lo que pasa en París, Londres o Viena y nos dejan, casi siempre, ignorar las evoluciones del espíritu en Quito, Bogotá o Méjico. Entre una noticia sobre la salud del emperador de Austria y otra sobre la renovación del ministerio del Ecuador, nuestro interés real reside naturalmente en la última. Estamos al cabo de la política europea, pero ignoramos el nombre del presidente de Guatemala".
Otro socialista peronista. En mayo de 1935, en plena Década Infame, Ugarte regresa a Argentina. El semanario Señales, del grupo FORJA, es el único periódico que informa sobre su llegada; por supuesto, la gran prensa lo ignora. En 1937, se va nuevamente del país. El patriota iberoamericano regresa a Buenos Aires en marzo de 1946, después del triunfo electoral del entonces coronel Juan Domingo Perón. Dice por ese entonces: "Más democracia que la que ha traído Perón, nunca la vimos en nuestra tierra. Con él estamos los demócratas que no tenemos tendencia a preservar a los grandes capitalistas y a los restos de la oligarquía".
Y luego escribe: "Todos los presentimientos y las esperanzas dispersas de nuestra juventud, volcada un instante en el socialismo, han sido concretadas definitivamente en la carne viva del peronismo, que ha dado fuerza al argentinismo todavía inexpresado de la Nación. Ahora sabemos lo que somos y a dónde vamos. Tenemos nacionalidad, programa, derrotero".
Un diplomático boicoteado. El 31 de mayo de 1946, el historiador Ernesto Palacios lo acompaña a la Casa Rosada y le presenta al nuevo presidente, quien le ofrece el puesto de embajador en México. A los 71 años, es la primera y única vez que Ugarte recibe un reconocimiento oficial en su país. Pero los diplomáticos "de carrera" lo boicotean. Desinteligencias con el personal de la propia embajada lo obligan a regresar a Argentina en junio de 1948. Lo envían a Nicaragua, donde no se encuentra muy a gusto. A principios de 1949 lo trasladan a la representación en Cuba, donde persisten las intrigas de algunos funcionarios, y en enero de 1950 presenta su renuncia. Por problemas de salud, regresa a su casa alquilada en Niza.
Apoyo a Perón. En noviembre de 1951 Ugarte vuelve a Buenos Aires. Él mismo explica la razón del viaje: "No he pertenecido nunca al bando de los adulones y si hago ahora esta afirmación, si he vuelto especialmente de Europa a votar por Perón, es porque tengo la certidumbre absoluta de que alrededor de él debemos agruparnos, en momentos difíciles que atraviesa el mundo, todos los buenos argentinos".
El final. Poco días después de votar regresa a Niza. El 2 de diciembre de 1951 lo encuentran muerto en su casa. Aunque oficialmente se considera que la muerte fue "accidental", en los medios literarios y políticos se presume que él mismo decidió poner punto final a su vida. Los suicidios de Horacio Quiroga en 1937, Alfonsina Storni y Leopoldo Lugones en 1938, y de Lisandro de la Torre en 1939 habían conmovido a Ugarte, quien afirmó que la suya era una generación vencida. La historiadora Liliana Barela, que se ocupó de su vida en profundidad, dice que "exiliado, solitario, excluido y desilusionado, pudo sentirse vencido y tentado a adoptar el camino que eligieron tantos compañeros que integraron su malograda generación".
¿Saben cuál fue el trato que recibió Ugarte en Argentina? Imaginen… A este auténtico polígrafo –autor de novelas, cuentos, poesías y ensayos– las autoridades universitarias le niegan una cátedra de Literatura. Los representantes de la cultura oficial también rechazan la propuesta de Gabriela Mistral –quien lo denomina "el maestro de América Latina"– para considerarlo candidato al Premio Nacional de Literatura. El Partido Socialista, de orientación liberal conservadora, lo expulsa dos veces, a causa de sus "desviaciones nacionalistas". En 1910 se realiza un nuevo congreso de la Internacional Socialista en Copenhague, pero esta vez viaja el dirigente Juan B. Justo desde Buenos Aires, en lugar de designar a Ugarte que se encontraba en París. El diario La Nación comienza a rechazarle artículos. Sus libros El Porvenir de América Española, La Patria Grande, El destino de un continente y La Reconstrucción de Hispanoamérica, se editan en el país recién dos años después de su muerte, por iniciativa de Jorge Abelardo Ramos en la pequeña editorial Coyoacán. Poco antes de morir, comenta: "En otras partes se fusila, es más noble".
Para redondear: ¿sabe qué se debe esta conspiración del silencio? Anote…
-Denunció al imperialismo yanqui desde 1901, por sus tropelías en América Central, hasta su muerte en 1951 por la guerra de Corea.
-Fue un socialista convencido, pero se negaba a copiar tácticas e ideas europeas "El socialismo debe ser nacional" dijo en 1911.
-Sostenía que debíamos incorporar la cultura mundial, pero elaborar nuestra propia cultura nacional, sin exotismos ni europeísmos.
-Predicó desde 1900 hasta su muerte, la unidad latinoamericana.
-Fue un socialista convencido, pero se negaba a copiar tácticas e ideas europeas "El socialismo debe ser nacional" dijo en 1911.
-Sostenía que debíamos incorporar la cultura mundial, pero elaborar nuestra propia cultura nacional, sin exotismos ni europeísmos.
-Predicó desde 1900 hasta su muerte, la unidad latinoamericana.
Y además de todo murió siendo peronista. Pecado de los pecados que nunca podrá pagar.
ADIOS AL GASOMETRO Y UN RECUERDO PARA EL CHUENGA
Hoy la tarde se viste un instante de azulgrana para traer este recuerdo: El 2/12/1979 San Lorenzo y Boca igualan 0 a 0, un resultado como cualquier otro si no hubiera sido porque ése fue el último partido que se jugó en el viejo Gasómetro de Av. La Plata e Inclán. Hermoso estadio, del que se veía bien de todos lados. Presencié finales de fútbol, partidos cualunques, recitales de rock y hasta estuve en algún baile de Carnaval. Durante muchos años por capacidad y ubicación fue el estadio más importante del país.
¿SE ACUERDAN DE EL CHUENGA?
Y como para profundizar un poco esta evocación, detenernos nuestra mirada en un personaje habitué de aquellos tablones (de los cuales quisiera tener una astilla en mi relicario): Hablaremos de CHUENGA, un personaje de nuestro folclore ciudadano y futbolero, que también jugó su último partido un diciembre, esta vez un 3 de diciembre de 1984.
Me contaba mi viejo que era habitué de ese estadio, como lo fui yo después que antes, ese antes de los años treinta y parte de los cuarenta, los vendedores de golosinas que andaban por las tribunas del Gasómetro tenían guardapolvos marroncitos y gorras como las de los guardas de trenes. Después aparecieron los de café Sorocabana y los de Coca, disfrazados con otros colores, unos de caqui, los otros de rojo.
Por el Gasómetro y también por otras canchas, mi viejo, yo millones de hinchas conocieron a este Chuenga, un vendedor singular, vestido siempre con pulóveres muy llamativos y que caminaba de una popular a la otra con su bolsa, cuando todavía las hinchadas cambiaban de arco y se podía pasar frente a la hinchada visitante sin que se armara mucho quilombo. Se llamaba José Eduardo Pastor pero lo conocíamos por el nombre de su producto: Chuenga, inolvidable para varias generaciones de aficionados.
Chuenga vendió sus caramelos desde 1932 hasta 1979, cuando cierran el Gasómetro, Lo sigue haciendo en tantos otros estadios hasta 1984, claro, cuando falleció a los 69 años. Porque Chuenga andaba por todos los estadios de Buenos Aires y también en el Luna Park. Vivía en Floresta, pero eso sí, Chuenga era hincha de Defe, en esa cancha se lo podía encontrar todos los sábados. Claro, cuando la Primera B se jugaba los sábados.
Pastor llamó Chuenga a su producto, y él mismo quedó identificado así, al argentinizar la denominación inglesa de "chewing gum" que aparecía en los envoltorios de los chicles a principios de los años treinta. Nadie más que Chuenga vendió Chuenga, aunque intentaron copiarlo más de una vez y, por supuesto, no funcionó. Nunca se supo la fórmula ni qué precio tenían ese turrón duro y dulzón entre blanco y rosado. El hombre entregaba al comprador una cantidad desigual siempre cualquiera fuera el valor de las chirolas que recibía. Te daba lo que quería. Era parte del código, del encanto, del personaje, del pequeño negocio. De la vida.
Todos escuchamos decir que Chuenga era millonario y vivía en una mansión, que andaba en los mejores autos, que había vendido por millones a Estados Unidos su fórmula empalagosa. Pero lo cierto es que Chuenga siempre anduvo en bondi. Sus vecinos decían que era un hombre sencillo, que su casa era modesta y que la pasaba fabricando los caramelos que vendía los fines de semana. Ni el Gasómetro, ni Chuenga están ya entre nosotros. Vaya por ellos una lágrima piadosa y este rezo hecho evocación nacido del fondo de esta religión que a veces es el fútbol.
2 DE DICIEMBRE DE 1964. EL GENERAL PERON NO VUELVE A LA ARGENTINA
Si sabrán los oyentes/lectores del Gato de los vaivenes que tiene la historia y los distintos momentos por los que pasa la lucha popular... Uno de esos episodios ocurrió el 2 de diciembre de 1964, cuando tras nueve años de exilio, el Gral. Perón intenta regresar al país. Sin embargo, es detenido en Río de Janeiro a pedido del gobierno del médico pergaminense Arturo Umberto Illia y es obligado a volver a Madrid.
El viaje se inició en Barajas y fue interrumpido en Río de Janeiro por pedido del gobierno argentino del Dr. Humberto Illia. A la 1,45 hora española del día 2 de diciembre de 1964, Perón, que había llegado al aeropuerto escondido en el baúl de un automóvil desde su residencia en Puerta de Hierro, partió de España rumbo a la Argentina acompañado por una comitiva que entre otros integraban: Augusto Vandor, Andrés Framini, Delia Parodi, Carlos Lascano y Alberto Iturbe. A las 9,45, hora de Brasil, el ex presidente Juan Domingo Perón volvía a tocar, en Río de Janeiro, tierra americana luego de nueve años de exilio.
Fue Jorge Antonio quien consiguió los pasajes para Perón y su comitiva en un vuelo de Iberia. el 991 y que tenía destino final Buenos Aires. Se trataba de un vuelo regular y el ex presidente tenía su documentación en regla: teniendo en cuenta las declaraciones del gobierno argentino, nada debía impedir su retorno. Pero no fue así.
"Al arribo de la aeronave a Río de Janeiro se produjo un insólito espectáculo: el avión fue literalmente rodeado por la tropa armada e inmovilizado en el aeropuerto internacional de El Galeao, en tanto un grupo de militares subía al avión intimidando a su personal y declarando detenida la aeronave, con la amenaza de conducirla a la base militar inmediata”. Llega un representante del ministerio de Relaciones Exteriores brasileño y comunica al comandante que no podía continuar el viaje si antes no le entregaba a los viajeros, es decir el grupo del General. El mismo cuenta parte del episodio: "En esas circunstancias, tanto el director de Iberia como el comandante manifestaron que no veían razón alguna para semejante atropello y que ellos, de acuerdo con sus derechos, conducían pasajeros que no podían dejar en medio del camino sin que mediara una causa razonable que lo justificara. Tampoco aceptaban el allanamiento de la aeronave y pidieron al funcionario brasileño la orden judicial correspondiente".
Fue Jorge Antonio quien consiguió los pasajes para Perón y su comitiva en un vuelo de Iberia. el 991 y que tenía destino final Buenos Aires. Se trataba de un vuelo regular y el ex presidente tenía su documentación en regla: teniendo en cuenta las declaraciones del gobierno argentino, nada debía impedir su retorno. Pero no fue así.
"Al arribo de la aeronave a Río de Janeiro se produjo un insólito espectáculo: el avión fue literalmente rodeado por la tropa armada e inmovilizado en el aeropuerto internacional de El Galeao, en tanto un grupo de militares subía al avión intimidando a su personal y declarando detenida la aeronave, con la amenaza de conducirla a la base militar inmediata”. Llega un representante del ministerio de Relaciones Exteriores brasileño y comunica al comandante que no podía continuar el viaje si antes no le entregaba a los viajeros, es decir el grupo del General. El mismo cuenta parte del episodio: "En esas circunstancias, tanto el director de Iberia como el comandante manifestaron que no veían razón alguna para semejante atropello y que ellos, de acuerdo con sus derechos, conducían pasajeros que no podían dejar en medio del camino sin que mediara una causa razonable que lo justificara. Tampoco aceptaban el allanamiento de la aeronave y pidieron al funcionario brasileño la orden judicial correspondiente".
Éste no haría lugar a la protesta: los viajeros estaban bajo jurisdicción militar y no les quedaba otra que cumplir con lo que se les ordenaba. Perón no puede continuar viaje y debe regresar a España. Las instrucciones provienen del presidente de Brasil, se les dice. El grupo de viajeros debió descender del avión y permaneció detenido en la base, hasta que fue reembarcado y forzado a regresar a España.
Luego, escribiría Perón: "El Derecho Internacional Público ha mantenido como uno de los derechos más elementales del fuero humano, el de transitar libremente y cientos de convenciones lo han afirmado de la manera más rotunda. Así se lo ha reconocido y respetado desde la más remota antigüedad. Pues bien, el 2 de diciembre de 1964 viajaba yo hacia mi país, en una línea regular, con mi documentación en regla y legalmente autorizado. Al llegar a Brasil, en tránsito, se allanó la aeronave, se me detuvo y, conducido a una repartición militar, permanecí trece horas incomunicado. Luego fui obligado a retornar al lugar de origen. Cuando pregunté porqué se hacía eso e invoqué las leyes internacionales, se limitaron a contestar que era orden del presidente de la República, ya que en Brasil las leyes las hacían ellos. Supe luego, por publicaciones de Argentina y Brasil, que estas dos ‘democracias’ pentagonianas eludían la responsabilidad de semejante atropello: Brasil declaraba por su cancillería que mi detención y rechazo había sido por expreso pedido del gobierno argentino, en tanto que el canciller Zavala Ortiz [genocida, piloto de un avión bombardero el 16 de junio de 1955] manifestaba a la prensa internacional que no había mediado pedido alguno [¡cobarde!]. Pero nosotros sabíamos de dónde había partido la orden porque, a renglón seguido, el secretario del Departamento de Estado norteamericano hacía llegar una felicitación al gobierno brasileño por la hazaña que acababa de realizar. ¡Y este es el 'mundo libre'...!”.
El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, que llevó a cabo personalmente la opereta, era Joao Lampreia Gracie, el presidente de ese país Humberto Castelo Branco, milico proyanqui que había derrocado a Joao Goulart ese mismo año. John William Cooke dijo en enero de 1965 que en aquella ocasión: "La presión yanqui funcionó aceitada y orgánicamente".
Con esta movida política y diplomática se vieron frustrados los deseos del pueblo peronista de ver nuevamente en la Argentina a su líder. Por quien hubo que luchar aun ocho años más hasta su regreso definitivo.
Un análisis de lo ocurrido, tomado del blog del amigo y compañero Daniel Chiarenza:
El retorno era una maniobra de vastos alcances. No buscaba producir la caída de aquella democracia enclenque, pero sí forzarla a una definición para que el pueblo no tuviera ninguna duda de su calidad moral. Illia y el gobierno radical deberían buscar una conciliación que los arrancara de su aislamiento en una falsa legalidad, o bien desnudar su carácter ilegítimo. En relación a las filas de su propio Movimiento, Perón podría reafirmar su autoridad, desalentando las maniobras de quienes complotaban con ciertos militares a sus espaldas.
El mismo Perón, años más tarde, lo explicaría así:
"En 1964 llegaron a Madrid noticias de que podría producirse en Argentina un movimiento militar. Pensé que en esas circunstancias -y en todas, conociendo la médula de los gobierno militares- era lo peor que podía pasarle al país. Por interpósita persona hice conocer allá esa información, creyendo que así podría solucionarse. Yo estaba decidido a trasladarme a la Argentina: allá tenía un movimiento con el que podía apoyar al gobierno. ¿Por qué? Porque el gobierno de Illia era sólo a medias constitucional, pero mejor que una dictadura [...] Hice los contactos por intermedio del doctor Remorino, que era un hombre muy vinculado y muy capaz. Cuando mandé decirlo, a los pocos días salió una declaración del presidente Illia: dijo que los exiliados podían regresar con las garantías de las leyes y del gobierno. Yo me dije: ésta es la contestación. Poco después el ministro de Relaciones Exteriores, Zavala Ortiz, dijo lo mismo: que no había exiliados, que el gobierno era constitucional y no tenía exiliados políticos, que los que están afuera podían volver en cualquier momento. Y una semana más tarde, ya claramente el ministro del Interior, Palermo, declaró: Si el general Perón está en España es porque quiere estar en España. ¿Ah, sí?, dije yo: saqué el boleto por vía aérea y me largué para allá".
"En 1964 llegaron a Madrid noticias de que podría producirse en Argentina un movimiento militar. Pensé que en esas circunstancias -y en todas, conociendo la médula de los gobierno militares- era lo peor que podía pasarle al país. Por interpósita persona hice conocer allá esa información, creyendo que así podría solucionarse. Yo estaba decidido a trasladarme a la Argentina: allá tenía un movimiento con el que podía apoyar al gobierno. ¿Por qué? Porque el gobierno de Illia era sólo a medias constitucional, pero mejor que una dictadura [...] Hice los contactos por intermedio del doctor Remorino, que era un hombre muy vinculado y muy capaz. Cuando mandé decirlo, a los pocos días salió una declaración del presidente Illia: dijo que los exiliados podían regresar con las garantías de las leyes y del gobierno. Yo me dije: ésta es la contestación. Poco después el ministro de Relaciones Exteriores, Zavala Ortiz, dijo lo mismo: que no había exiliados, que el gobierno era constitucional y no tenía exiliados políticos, que los que están afuera podían volver en cualquier momento. Y una semana más tarde, ya claramente el ministro del Interior, Palermo, declaró: Si el general Perón está en España es porque quiere estar en España. ¿Ah, sí?, dije yo: saqué el boleto por vía aérea y me largué para allá".
Pero había por allí un personaje clave en la historia del peronismo y el movimiento obrero de aquellos años, que propugna un peronismo sin Perón, pactando con los militares. Augusto Timoteo Vandor. Vandor sospechaba que Perón intentaría poner límites a su creciente independencia, y haría lo posible para que la maniobra no fuera exitosa. Creía que los militares y el gobierno evitarían que el retorno se concretara. Lejos de perjudicarlo a él, eso demostraría que el regreso del líder era imposible, y que el peronismo debía acostumbrarse a manejarse sin Perón, lo cual abriría un ancho cauce a su poder.
Para Perón, el viaje frustrado significó una reafirmación de su autoridad. Había evidenciado su voluntad de regresar y de continuar ejerciendo su jefatura en forma efectiva. Vandor, en cambio, no obtuvo los resultados esperados. Su prestigio no aumentó -como más tarde quedaría confirmado-, porque había sido uno de los organizadores del operativo fracasado. Y no fueron pocos los peronistas que lo acusaron de no haberse esforzado demasiado en procura del éxito. No hubo movilización gremial ni se declaró la huelga general, como podía esperarse de las organizaciones que habían evidenciado su capacidad a través del plan de lucha.
" NINGUN HABITANTE DE BUENOS AIRES, NI EBRIO NI DORMIDO..."
Fue un texto escrito por Moreno, que con la excusa del mamao, viene a dar fe del republicanismo del doctor Moreno, un concepto un poco abstracto para aquellos niños que éramos cuando leímos esta historia del Manuel del alumno Bonaerense, pero que daba cuenta también de los problemas internos que había en aquella junta de gobierno primera. Recordarán aquello que escribió Mariano Moreno, de que ningún argentino ni ebrio ni dormido debe atentar contra la libertad de su país, tuvo su origen en un brindis que hizo un milico en pedo por Cornelio Saavedra. Este texto que sienta las bases de una doctrina igualitaria, de un lugar donde naides sea más que naides, y el que así no lo pensara podía ser condenado de traición a la patria. No como ahora, que cualquier perejil juega para los ingleses y nadie puede tocarle un pelo. Contaremos algo de aquello.
El hecho fue más o menos así. El 2 de diciembre la noticia del primer triunfo de las armas patriotas en Suipacha, llegó a Buenos Aires. La batalla había sido el 7 de noviembre de 1810. Reparen los oyentes en lo que tardaban en llegar las noticias desde Bolivia. En esa batalla el general Antonio González Balcarce al mando del Ejército del Norte venció a las tropas realistas. Suipacha fue la primera victoria de la Revolución. Este triunfo permitiría avanzar hacia la rica zona minera de Potosí, en el actual territorio de Bolivia, ocuparla e instalar un gobierno revolucionario dirigido por Juan José Castelli. Los revolucionarios de Mayo comenzaban a dar sus primeros pasos en un camino que conduciría más tarde a la independencia de la región.
Ese 2 de diciembre no hubo iluminaciones ni festejos, tal vez por las penurias económicas que se estaban sufriendo por la guerra. O por los problemas que tenía el Gobierno entre su línea conservadora saavedrista y su ala más revolucionaria que respondía a Moreno.
La noche del 5 de diciembre sí hubo un sarao -a pesar de la crisis- en el cuartel de las Temporalidades, sede del Regimiento de Patricios, organizado por los oficiales de este cuerpo. Esta situación habría de tener una inesperada derivación que terminó con la redacción de ese decreto de Supresión de Honores. Moreno, que no asistió a la fiesta de los Patricios, fue exageradamente informado por un escribiente de su Secretaría quien le botoneó que en la reunión se había dispuesto un lugar de honor para Saavedra y su esposa, doña Saturnina Otárola, y que al parecer, un ebrio consuetudinario el capitán retirado de Húsares Atanasio Duarte, había saludado a Saavedra y a doña Saturnina como los futuros monarcas de América.
Moreno, que era un intelectual, un estudioso, y un maniático también, sólo salía de su casa cuando debía trabajar en la Fortaleza. Sabiendo que tenía enemigos salía con dos pistolas en el bolsillo y custodiado por un grupo de amigos, parte de una vanguardia denominado el Club, que se reunía habitualmente en el Café de Marco y que acordaba con la política seguida por el Secretario de la Junta, quien a esta altura de los acontecimientos, había sustituido a Saavedra en la conducción de la Revolución. Así lo hizo esa noche
Como dije, este es un recuerdo de la infancia, Manual del alumno Bonaerense, cuarto/quinto grado en el que se decía que Saavedra no había permitido la entrada de Moreno y bla, bla, y que este incidente profundizó las grietas de la Primera Junta de Gobierno. No sé si recuerdan…
Lejos ya de aquellos años de infancia, de dónde saco la imagen congelada de Moreno pluma en mano y con la mano en la frente a punto de escribir una genialidad, podemos conocer hoy las conclusiones de investigadores que afirman que se macanean los que dicen que Moreno no había sido invitado o que tenía prohibida expresamente la entrada al Regimiento. Explican que Moreno era un introvertido, que no acostumbraba jamás a asistir a fiestas y, si bien al sarao podían ir los militares en actividad o los retirados con sus familias, hay que buscar el origen del malentendido en la intención del propio Moreno. Al ir hacia la Fortaleza, recordemos que iba acompañado de sus culatas, le produjo un sentimiento de contrariedad ver en las Temporalidades apostado a un centinela, y quiso averiguar por sí mismo si se le impedía la entrada. El centinela lo rechazó, porque Moreno -maliciosamente- no se dio a conocer, pues le hubiera bastado decir que era el Secretario de Guerra de la Junta para que, por lo menos, el centinela pidiera instrucciones. Moreno fue quien provocó el incidente para eliminar políticamente a Saavedra.
Esa misma noche, vela de sebo, papel basto, tinta espesa y pluma de ánsar, redactó el decreto llamado de Supresión de Honores que en su parte dispositiva suprimía los honores del presidente, le quitaba su escolta y el "aparato que lo distinguía de los demás ciudadanos"; prohibía los "brindis, vivas y aclamaciones públicas en favor de individuos particulares de la Junta; Decía que “si éstos son justos vivirán en el corazón de sus conciudadanos... sólo se podrá brindar por la patria, sus derechos, gloria de nuestras armas y objetos generales concernientes a la felicidad pública", bajo pena de destierro por seis años. Y finalizaba diciendo: "habiendo echado un brindis D. Atanasio Duarte con que ofendió la probidad del Presidente y atacó los derechos de la patria, debía perecer en un cadalso; por el estado de embriaguez en que se hallaba, se le perdona la vida, pero se destierra perpetuamente de esta ciudad, porque un habitante de Buenos Aires ni ebrio ni dormido debe tener impresiones contra la libertad de su país".
Una historia más de nuestra historia llena de ocultamientos y macanas.
Ah, una palabra más, sólo para cerrar la historia: Cornelio Saavedra, moderado y conciliador con las ex autoridades coloniales, había logrado imponerse sobre Mariano Moreno con el apoyo del interior conservador. Para desembarazarse de Moreno lo envió a Europa con una misión relacionada con la compra de armamento. Moreno aceptó, y tres meses después, un 4 de marzo de 1811, embarcado en el Fama un buque de bandera inglesa, moría en alta mar, envenenado, sin sus culatas, solo con su hermano. El primer patriota, mártir de la revolución, fue arrojado al mar envuelto en una bandera inglesa.
CELEBRAMOS LOS 105 AÑOS DE OSVALDO PUGLIESE
Breve biografía de Don Osvaldo,que el 2 de diciembre cumplió 105 años. Con testimonios de Mederos y Binelli (dos de los bandoneonistas que tuvo) y un final a toda orquesta con La Yumba.
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